jueves, 19 de junio de 2014







La tumba de Julio Verne en Amiens.

Si como yo eres uno de los muchos millones de personas que se iniciaron en las lecturas de ciencia ficción y aventuras de la mano de Julio Verne disfrutarás viajando a la ciudad francesa de Amiens, al norte de París, para rendir homenaje al maestro. Allí se encuentra su tumba, esculpida por su amigo Albert Roze.

Aunque Verne nació en Nantes pasó el final de su vida en esta ciudad, donde murió el 24 de marzo 1905, por expreso deseo de su esposa, que quería vivir en una ciudad tranquila pero no muy alejada de la capital.

Quienes pasan por Amiens y sienten cierta debilidad por el escritor y su formidable obra, tienen dos paradas obligadas: la Maison de Jules Verne situada en el número 44 del Bulevar Longueville, y el cementerio de La Madeleine, donde se encuentra su tumba.

La escultura que adorna la lápida fue instalada dos años después de su muerte. Representa a un Verne inmortal que levanta la pesada losa de mármol y mira al cielo. No en vano la obra se llama “Hacia la inmortalidad y la eterna juventud”.

Su visión resulta inquietante y sin duda es un buen recuerdo para un genio que escribió obras dignas de un visionario, que demostró que la imaginación del hombre y su ciencia no tienen límites, y que a tanta gente ha hecho soñar a través de sus páginas.

Como ves, un lugar fascinante para todo buen verniano, aunque también te interesará visitar Las máquinas de la Isla de Nantes en la ciudad natal del autor.

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