martes, 6 de mayo de 2014

La Martina.... la fábula

Fábula de La Cucarachita Martina
historia de infancia y tradición en Puerto Rico

Era una cucarachita llamada Martina. Un día Martina encontró una moneda y luego de pensar y
pensar qué haría con ella, decidió invertirla en la botica de la esquina. Allí, nuestra Martina compró
una caja de polvo, un cosmético para polvorear su carita.
Al llegar a su casa, Martina, polvoreó toda su carita hasta quedar un color polvo-blanco, y se sentó
en el balcón a ver a la gente pasar.
En su momento pasó un grillo, y le saludó:
--Hola, cucarachita Martína, qué linda estás!!
--Gracias, (respondió la Martina)  y como no soy tan linda...te lo agradezco más...
--Te quieres casar conmigo?   Preguntó sin reparos el grillito, cautivado por el impacto de verla.
La cucarachita Martína, deseaba ya tener compañía. Prácticamente por esto decidió invertir su nueva
y recién adquisición monetaria en arreglarse.  Pero le abatía una gran preocupación, tal vez, por
alguna experiencia pasada, o por algo que le habrían contado sus amigas, tal vez, algún miedo a
lo desconocido. Así, que ella abrió su alma y enseguida le comunicó al grillo que la galanteaba:
--Y, cómo me vas a despertar en las mañanas??
--Crik,crrriiikkk,  respondió el grillo, haciendo alarde de su peculiar sonido.
--Ay, ay, nooo, no me gusta.
Así, que el grillito, siguió su camino junto a su descepción.
Como era temprano, el día fue transcurriendo con algunos candidatos, unos más agresivos que otros,
unos más creativos que otros, y más apasionados que otros. Pero siempre, afloraba en La Martina, su
contínua pregunta, su preocupación, de
--Y, cómo me levantarás en las mañanas?
Pasó, el gallo con su propuesta de kikirikí, pasó el sapo con su historia del beso, pero al croak, croak,
espantó a La Martina, y ya, terminando el día, pasó el ratoncito.
--Hola, cucarachita Martina, qué linda estás?
--Gracias, ratoncito, y como no soy tan linda, te lo agradezco más!
--Te quieres casar conmigo?
--Y, cómo me levantarás?
--Chuiiii, chuiiiii, chuiiiii,   (respondió el ratoncito suavemente)
--Ay, síiii, contigo me quiero casar.
Y así, la cucarachita Martina y el ratoncito se hicieron novios y se casaron complementando su amor
con la diligencia de la cucarachita y el suave hablar y amanecer del ratoncito, y fueron muy felices.
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Sólo comprendemos esta historia cuando los años nos recuerdan la moraleja de la fábula.
fábula - cuento donde el, o los personajes son caracterizados por animales u objetos, que cobran vida,
teniendo como propósito una enseñanza a aprender.

autor desconocido
adaptación por Idalia Rodrz
2014

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